¿Qué es la realidad?
Distinguir un sueño de la realidad puede ser confuso. ¿Cómo podríamos explicar el movimiento involuntario que nos provoca la sensación de que nos estamos cayendo? O aquellas veces que nos hemos orinado en la cama pensando que estábamos en un baño. De una u otra forma experimentamos situaciones mentales totalmente vívidas estando dormidos. Me da curiosidad. Mientras estamos en un cuarto oscuro y preferiblemente silencioso, vemos y experimentamos la realidad. Mientras estamos acostados o acurrucados, sentimos que nos caemos o volamos. De cierta forma viajamos sin movernos físicamente.
Esto me hace preguntar, ¿si un sueño puede emular la realidad, entonces, realmente de qué está compuesta la realidad misma? Dejando de lado que nunca he recordado el delicioso queso de una pizza mientras sueño o de haberme congelado en la nieve que soñé haber estado. La realidad parece ser más compleja que los sueños. Pero sobretodo, consistente en el tiempo. Los objetos no cambian de posición en la realidad como sucede en los sueños. O no podemos saltar de un lugar a otro de manera inexplicable. Aunque en un vistazo rápido puede que no sea evidente, realmente usamos muchos aspectos para comprobar si estamos en un sueño o en la realidad.
Pero, si esto es así. Si la realidad es tan compleja. No entiendo cómo un simple cambio en mis lentes hace que experimente la realidad de forma distinta. Es decir, pasaron varios días hasta que logré ajustarme a la nueva prescripción. Durante esos primeros días sentía mareos leves al cambiar de enfoque entre objetos cercanos y lejanos. Por dicha ya no me pasa eso, pero aún luego de una semana, experimento otros tipo de cambios. Por ejemplo siento una ligera belleza visual, un calor inexplicable en ciertas superficies o colores que me recuerdan que los lentes tienen un filtro amarillo, casi imperceptible, para protegerme de la luz azul de las pantallas.
La percepción es compleja. Ya sea despierto o en los sueños, hay un mecanismo en mi consciencia que hace sentido de estos mundos y me hace sentir de determinada forma. Me puede hacer saltar en la cama o me hace sentir que estoy en un baño. O incluso me obliga a detenerme a admirar lo mundano. Aquello que ya creí conocer. Como la luz que atraviesa la ventana de la cocina, el color de la madera, o el asfalto mojado en la mañana. Si algo tan pequeño, tiene un impacto tan grande en cómo me siento, me pregunto: ¿qué tan confiable es mi percepción?… Agghh, que cansado y hermoso es vivir tan consciente de estos estados.
