Atrapando ideas
Pasan revoloteando en mi cabeza. Entran y salen. Mutan. Me asaltan la atención. Unas se quedan y otras desaparecen. Recuerdo. Ignoro. Pero sobre todo, me ayudan a existir, a entender, y creer.
Irónicamente, hablar de ellas es confuso. No hay ni orden ni tipo. Cada una es distinta a la anterior. Se sienten, se viven, se piensan, se crean, descubren, transmiten. ¡Existen! ¡Son únicas! Son raras. Y están donde sea que esté sin importar cómo esté.
No sé porqué existen, pero existen. Por eso intento atraparlas. Porque me emociono y las exploro, juego, las imagino, las siento, y cuando menos lo espero, y a veces sin darme cuenta, simplemente la pasé y estoy en otra. Por eso las quiero atrapar. Porque se van, mutan, y desaparecen. Por eso las extraño. Porque en cualquier momento pasaron y no las puedo recuperar. Por eso las valoro. Porque aunque son efímeras me cambian.
Irónicamente no son algo abstracto. Son parte de mí y a la vez no. Existen. Me atraviesan, algunas alivianan, y otras pesan. No soy yo sino están ellas. Pero tampoco soy ellas. Soy yo. Aunque siempre esté cambiando porque cambian ellas. Revoloteando en mi cabeza. Prestadas, hasta que no.